El fuego afecta a todos
Jorge Figueroa, oriundo de Angol, región de La Araucanía, ingresó a la Brigada Forestal de CMPC hace 20 años como combatiente. Se enamoró de su trabajo y decidió volver al año siguiente como jefe de Cuadrilla y dedicar su vida al combate del fuego. Hoy es jefe de Unidad en la Base de Trilahue, comuna de Cabrero, región del Biobío, y está a cargo de 110 brigadistas.
Con los más de mil incendios que ha combatido en su carrera saca una conclusión: “Este es un trabajo en el que nuestra vida depende del equipo”.
La confianza, compañerismo, disciplina y logística son fundamentales para realizar su trabajo y el de las brigadas helitransportadas, cisternas, terrestres, además el de las torres de vigilancia de las que está a cargo. Sin embargo, hay otro ámbito de los incendios forestales que también depende del trabajo en equipo: la prevención del fuego.
Jorge cuenta que se preocupa por el cuidado del entorno para evitar que se generen incendios y cree firmemente que ese objetivo se cumple si se une la comunidad.
En ese sentido, CMPC año tras año pone todos sus esfuerzos para trabajar de la mano de los vecinos de sus predios, así como también de todos aquellos que se puedan ver afectados. Es por eso que la empresa ha creado diferentes planes que involucran a la comunidad para el cuidado del entorno y la prevención de eventuales incendios forestales. Para conocer más de ellos continúa leyendo.
Traiguén ve verde otra vez
Durante cuatro años José Tripailao veía cómo el fuego amenazaba su hogar y sus plantaciones de avena y trigo en la comuna de Traiguén, región de La Araucanía, pero siempre el río Colpi detenía las llamas, salvándolo año tras año.
Sin embargo, el verano de 2019 todo cambió. El río no fue capaz de hacer de cortafuego y las llamas llegaron hasta la colina en la que José y su familia vivían.
Por suerte la casa se salvó, pero José perdió lo que para él era lo más importante: su fuente de trabajo.
Las plantaciones que servían como forraje para los animales se quemaron, así como también el refugio de las vacas, bueyes y terneros. Así no tenía cómo alimentarlos, por lo que los tuvo que vender y hasta regalar. “Había que evitar que murieran de hambre”, cuenta.
Luego de un año, José ha podido plantar de nuevo arena y trigo. “Hace unos meses no había nada, lo primero que volvió a crecer fue el pasto”, sostiene esperanzado.
Hoy, José junto a sus nueve familias vecinas, tienen la esperanza de que Traiguén se vuelva verde otra vez.
La esperanza de Santa Olga
El 26 de enero de 2017 el fuego “llegó de un golpe” a Santa Olga, región del Maule, según recuerda Makarena Castillo, oriunda de dicha localidad. “Siempre tuvimos la esperanza que no alcanzara el pueblo”, sostiene.
Sin embargo, las llamas destruyeron todo lo que había en su paso: casas, escuelas, sedes vecinales, la flora y la fauna.
“La gente cree que sólo se pierde lo material, pero también hay recuerdos, formas de vida que son irremplazables y, lo más doloroso, es perder a los animales”. Makarena, quien junto a la familia de su pareja perdió sus mascotas, encontró la forma de sanar ese dolor acogiendo a sietes perros que quedaron abandonados tras la tragedia.
“Uno piensa que sólo los humanos quedamos traumados después de algo así, pero los animales también”.
Si bien cada familia santaolguina ha logrado rehacer sus recuerdos de distintas formas, como lo ha hecho Makarena con sus animales, CMPC también ha aportado a que la comunidad pueda resurgir de las cenizas.
Así, la empresa reconstruyó en 2018, junto a Desafío Levantemos Chile, el Complejo Educacional Santa Olga, inmueble que cuenta con una superficie de 5.500 metros cuadrados totales y está fundamentalmente construido en madera, material aportado por la compañía. La sede alberga a 1.100 estudiantes de la zona.
Además, la compañía construyó sedes sociales como la del Comité de Agua Potable Rural, y el Parque Santa Olga. Este último está ubicado en una quebrada de 1,5 hectáreas que cuenta con senderos, iluminación peatonal, riego automático y pasarelas de madera, y en donde la comunidad podrá disfrutar de juegos recreativos, anfiteatro y una huerta comunitaria.
El renacer de Cholchol
Era febrero de 2019 y Evelyn Velásquez, nacida y criada en la comuna de Cholchol, región de La Araucanía, se preocupaba por las altas temperaturas que afectaban a la zona, pero nunca llegó a pensar que causarían uno de los mayores incendios de la temporada y menos que el fuego llegaría hasta su casa en lo alto de un cerro. La vivienda que había construido hace diez años con su marido David y que era el hogar de sus dos hijos se vio consumida totalmente por las llamas.
“Podríamos haber perdido la vida, lo material se recupera”, concluye Evelyn.
Y así fue. La familia de cuatro integrantes pudo escapar del incendio, y tres meses más tarde, gracias al aporte de CMPC recibieron su vivienda definitiva.
La familia de Evelyn no fue la única. Tras el mega incendio que afectó a La Araucanía, la empresa comprometió y entregó un total de 22 casas definitivas, 14 de ellas en Cholchol, 4 en Nueva Imperial y 6 en Carahue.
Hoy, y bajo la valiosa lección que aprendieron el verano pasado, ella junto a su comunidad se han organizado para prevenir eventuales incendios. Así se han puesto de acuerdo para limpiar las malezas que podrían servir de combustible, evitan quemas de basura en el verano, entre otras acciones. “Todos están luchando para no pasar de nuevo por lo mismo”, asegura.
Ya iniciada oficialmente la temporada de incendios 2019-2020, CMPC, como año tras año, dispuso recursos -cercanos a los 30 millones de dólares- para el combate y prevención del fuego.
Así, la empresa ha creado tres líneas de protección que completan el último plan: Prevención Vecinal, Silvicultura Preventiva y Uso de Tecnología de Punta, las que abarcan todos sus esfuerzos en la protección de los vecinos de la compañía y de todos quienes se puedan ver afectados por los incendios.
Maximus y Optimus unidos para el combate
El plan de combate comprende 21 aeronaves y un total cercano a 1.300 colaboradores, los que conforman 73 brigadas, entre ellos 800 personas combaten en tierra los siniestros.
Dentro de las aeronaves se encuentran los helicópteros Chinook “Maximus” y Super Puma “Optimus”. El primer es operado por CMPC por tercer año consecutivo, mientras que el segundo está por primera vez trabajando para ayudar a combatir el fuego.
Las dos temporadas pasadas de incendios forestales, hubo una aeronave clave para el combate del fuego: el Chinook “Maximus”, capaz de movilizar 12 toneladas de carga y arrojar 10 mil litros de agua a través de su “Bambi Bucket”, el que se carga de 60 a 90 segundos.
Sin embargo, este año cuenta con un nuevo compañero: el Super Puma “Optimus”, con capacidad de descarga de 4 mil litros de agua, además de transportar una brigada de hasta 12 personas.
Juntos, los dos serán operados por CMPC para un rápido y eficaz actuar ante siniestros y así evitar su propagación y proteger a todas las personas.
Trabajando junto con la comunidad
El trabajo con la comunidad sea ha transformado a lo largo de los años en el eje central del programa anti incendios.
Así, hemos impartido charlas y talleres educativos a estudiantes en 30 escuelas pertenecientes a las comunidades vecinas a nuestros predios sobre los beneficios del bosque, flora y fauna, y cuidado del medioambiente, y el impacto de las acciones humanas sobre ellas. También, se ha capacitado a cuerpos de bomberos, miembros del ejército y pilotos en conjunto con la Corporación Nacional de Madera (Corma), y hemos colaborado en la formación creado más de 300 comités de prevención formados en todo el país, destinados a para organizarse y capacitarse en el autocuidado y en la ejecución de tareas de prevención de incendios.
Se ha trabajado en forma colaborativa con 40 Juntas de Vigilancia conformadas por vecinos de nuestros predios (regiones del Biobío y Araucanía, principalmente) y hemos establecido zonas de monitoreo y vigilancia activa especialmente en zonas de interfaces vecinales, poniendo a disposición 80 vigías fijos por día en temporada alta y planes cuadrantes especiales de hasta 250 personas diarias, que se activan en situación de días de alerta.
Silvicultura preventiva: ordenamiento de la vegetación para evitar la propagación del fuego
Tecnología de punta al servicio de la prevención y combate de incendios
La tecnología de última generación cumple con una labor especial en el programa: colaborar con la detección temprana de eventuales incendios y coordinar las acciones necesarias para su prevención o combate.
Esta temporada, CMPC contará, como en años anteriores, con softwares como el Wildfire Analyst para analizar en tiempo real el comportamiento del fuego y simular su propagación en 1 a 6 horas o más, lo que permite planificar estrategias de combate.
También funcionarán cámaras áreas de alta definición infrarrojas y térmicas para visualizar en tiempo real el avance del fuego, cámaras automáticas de detección en tiempo real y contaremos con 10 teléfonos satelitales para brigadas de combate y su coordinación en zonas remotas.