La revolución de la construcción en madera

 

La madera es el material para construir un futuro sostenible, innovador y amigable con el medioambiente. Así lo avalan expertos de la Universidad de Cambridge, quienes afirman que las edificaciones con madera son capaces de reducir el impacto ambiental entre un 34% y un 84% en comparación con las construcciones fabricadas de hormigón. Pese a estos datos y a la importante capacidad de producción sostenible de madera existente en el país, Chile aún tiene un importante desafío. Mientras en Estados Unidos el 90% de las casas se construyen en madera y en Japón el 40%, en nuestro país ese tipo de construcciones alcanza solo el 20%.

Este desafío llevó a CMPC y a Cortelima, firma especializada en desarrollo de madera maciza industrializada a crear Niuform, una empresa que fabrica desde el sur de Chile soluciones basadas en madera estructurada que permite nuevas alternativas a proyectos residenciales e incluso la construcción en altura de edificios comerciales.

El Cross-Laminated Timber (CLT) y las Vigas Laminadas (Glulam/GLT) son materiales resistentes y flexibles con múltiples ventajas que permitirán mirar la construcción desde una perspectiva más sustentable, lo que comprende la protección del bosque nativo y la biodiversidad, convirtiéndose en productos de mayor valor agregado.

“No es un producto, es una solución constructiva”, comentó Juan Pablo Pereira, Gerente del Negocio Maderas de CMPC. “Estamos acostumbrados a construir de forma horizontal, nosotros queremos edificar en altura, lo que permiten nuestras soluciones”, sostuvo Pereira y agregó, “nosotros podemos ser parte de la solución al tema de la productividad, y la prefabricación es una de las opciones. Esto es llevar la construcción, la obra, a una fábrica en un ambiente controlado, donde puede haber más precisión y control de costos”.

Los proyectos de Niuform consideran cuatro etapas: La primera es la conceptualización, donde junto a arquitectos se analiza desde sus bases. Luego, se pasa a la fase de modelación, donde se ve el comportamiento de la estructura; y le siguen las instancias de fabricación en madera e instalación. En carpeta ya se encuentran 10 iniciativas importantes en Santiago y otras ciudades. Según el ejecutivo de CMPC, se espera facturar unos US$ 16 millones en un par de años.
Entre los primeros proyectos de esta iniciativa innovadora en Chile destacan el primer refugio de montaña del proyecto “Los 16 de Chile” en el Monte Tronador, la ampliación de una fábrica en la Región del Biobío y la construcción de un condominio de 100 casas en madera en la comuna de Buin, a los que se suman nuevos proyectos en carpeta, algunos de más de 8 mil metros cuadrados.
En cuanto al lugar de producción, Cortelima ya tiene una fábrica instalada a 20 minutos de Los Ángeles, Región del Biobío, la misma que participó en la construcción del edificio corporativo de CMPC en esa comuna.

Los planes de CMPC junto a su socio apuntan a expandir la capacidad de producción de dicho recinto. Actualmente, es una operación de 3.000 m2, donde trabajan 30 personas. El objetivo es ampliarla a 9 mil metros cuadrados construidos, con la construcción de un galpón en CLT. Esto, complementando también la maquinaria que existe capaz de fabricar 15.000 m3 de vigas laminadas y 5.000 m3 de CLT, lo que se pretende aumentar hasta alcanzar los 30.000 m3.

La superficie de edificación autorizada en el Chile bordea los 17 millones de m2, cifra que subiría a 17,5 millones de m2 en 2025. De ese total, el 20% correspondería a obras en madera y Niuform prevé capturar el 7% de esa cifra.

La madera como el mejor material de construcción

Según la agencia internacional Global Alliance for Buildings and Construction, cerca del 40% de las emisiones de CO2 vienen del sector de la construcción. Para combatir esto la madera se posiciona como un actor clave, dado que es el único material de construcción cuyo uso ayuda a reducir el CO2 de la atmósfera, por cada metro cúbico de cemento que se reemplaza por un metro cúbico de madera, se evita cerca de una tonelada de CO2. Es la alternativa constructiva con la más baja huella de carbono. Por un lado, los árboles absorben CO2 al crecer y lo almacenan, por otro, las emisiones en el proceso de cosecha y producción de tableros son muy inferiores a las del concreto y el acero.

A su vez, las propiedades aislantes de la madera la dotan de cierta resistencia al fuego hasta los 250°C, temperatura a la que el acero comienza a debilitarse. Si llega a inflamarse, su baja conductividad térmica hace que se queme muy lentamente, formándose en el exterior una capa de carbón que protege la parte interna y conserva sus propiedades estructurales por más tiempo.
Al poseer una baja conductividad térmica, la madera se posiciona como un excelente aislante. Si se combina con materiales como fibra de vidrio o lana mineral, una construcción de madera puede satisfacer los requerimientos de aislación térmica de una vivienda incluso en climas extremos. La temperatura interior de una casa o edificio de madera se puede mantener con el 30% de la energía que se ocuparía con otros materiales, incluso llega a ser 15 veces más efectivo que la albañilería: un muro de 7 centímetros de madera es igual de aislante que un muro de un metro de hormigón.

En cuanto a su desempeño estructural y sísmico, las estructuras de madera son más livianas que las de acero y concreto, por lo que el impacto de las fuerzas liberadas en un terremoto es menor. Eso reduce la carga en los cimientos y contribuye a una estructura resiliente y segura. “Es una construcción flexible y cinco veces más liviana que el cemento”, agregó Pereira.

 

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